Especies Domésticas
Por: Erika Martínez Cuervo
Unas líneas esbozadas sobre un papel pueden ser el dibujo mismo, pero también pueden no serlo en el sentido de la obra de arte. Pueden ser la proyección de lo que será
“EL DIBUJO”. Pero en todo caso se nos muestra (se nos presenta) como dibujo y engendra algo otro, eso que está más allá del dibujo como cosa, como objeto. Entonces ¿qué nos está diciendo ese dibujo?, ¿cómo se nos pone al frente?, ¿es sólo un dibujo?
La serie
Especies Domésticas que presenta
Teresa Currea para esta exposición engendra de algún modo lo que se refiere en el párrafo anterior. Aunque nada en sus construcciones visuales nos oculta su
“ser dibujo”, las escenas que representa y las relaciones entre los personajes y los objetos que dibuja mantienen un aire inquietante que va más allá de la estética – casi impecable – que caracteriza el trabajo de la artista. Unos dibujos que han escapado de la planitud, que han sido traídos al frente a través de capas (layers) a la manera de la clásica idea de los dioramas. Animales de especie inclasificable conviven con humanos en escenarios cotidianos, cierto tipo de extrañeza invade esas imágenes, susurra.
La idea de la artista ha sido representar precisamente esa sensación de extrañeza a través de unas especies
“¿domesticadas? – “¿domesticables?”, figuras tímidamente monstruosas que en vez de producir espanto o asombro, entregan cierta comodidad y armonía.
Currea parece apostarle a un juego irónico donde la imagen de lo extraño es amable, incluso guarda un halo de afecto por la manera en que interactúan los personajes y las cosas. Construye hábitats imposibles donde la tensión es protagonista.
Esta serie específica compuesta no sólo por dibujos de mediano formato sino también por una pieza, presenta algunos de los riesgos que la artista ha desarrollado en los últimos meses. Sus figuras y sus escenarios se han salido de las cajas en las que habían estado contenidos. Las intenciones de Teresa Currea se dirigen hacía lo instalativo, el espacio de exhibición es ahora la caja, el contenedor de una imagen total. Eso “algo otro” de su dibujo en “3D” se potencia por las características que le otorga una nueva concepción del montaje, lo que de manera consecuente afecta la carga simbólica de su obra. Con este proyecto la artista refuerza la idea de poner en escenarios paradójicos personajes que oscilan entre humanos y animales, hipotéticas relaciones surgen entre éstos con un tipo de naturalidad sospechosa; son mundos ficticios ensamblados donde hay un pensamiento sobre lo escenográfico y que de manera inevitable nos dicen algo sobre lo que se podría nominar pre-cinematográficos. Ni el dibujo, ni la idea de lo cotidiano son en Especies Domésticas lo que parecen ser. Se trata más bien de situaciones ambiguas que mantiene una íntima conexión con los imaginarios de infancia, ¿acaso es el intento por constituir una sutil representación de lo siniestro?.