«Los Macondos»

Espacio Proyectos

Septiembre 17 – Noviembre 7, 2020


 

 

En la obra de Gonzalo Fuenmayor, yace una profunda reflexión sobre las percepciones de la identidad caribeña y tropical desde una mirada exógena que consciente o no, exotiza y estereotipa al sujeto, referentes idiosincráticos, la naturaleza y elementos característicos de este imaginario geográfico. En su acercamiento a estas diversas temáticas, particularmente cuando se alude al trópico, busca a través de la ironía y el humor, cuestionar esas percepciones tan profundamente arraigadas. Esa tensión entre la destreza de su dibujo y el mensaje directo generan una crítica sin artificios a esas construcciones culturales.

 

En su más reciente exposición, titulada Los Macondos, Fuenmayor presenta una serie de dibujos donde el logotipo icónico de la cadena de comidas rápidas McDonald’s se fusiona de manera natural con el nombre del pueblo mítico de Cien Años de Soledad: Macondo. Esta unión no es arbitraria.  El génesis de la serie de dibujos se inspira en una campaña publicitaria por parte del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y PROCOLOMBIA realizada hace unos años. 

 

“Colombia, realismo mágico” es el nuevo eslogan para la promoción del turismo en el exterior, concebida para despertar el interés de los turistas extranjeros que procuran vivencias “diferentes”, “mágicas”, “únicas” y “sorprendentes”, y construida sobre la estrategia de dar una respuesta, y la respuesta es Colombia.

 

La vinculación de la imagen de un país a un movimiento literario y pictórico, que para Fuenmayor era una evidente forma de auto-exotización, se convirtió para el artista en una premisa relevante. Es así como surgieron reflexiones acerca de la noción de nacionalismo, exotismo, identidad y la macdonalización de una cultura latina, en este caso la colombiana, por medio de la publicidad. La cadena de restaurantes de Mc Donald’s revolucionó la industria de alimentos mediante el énfasis en la homogeneización de procesos y productos, y esta serie pretende cuestionar si identidades nacionales se pueden homogeneizar, mediante dinámicas y estrategias similares. ¿Al asociar nuestra identidad con el realismo mágico, estamos creando una lógica simplificada para el consumo masivo? ¿Contribuimos a perpetuar una mirada romántica sobre la colombianidad, una hegemonía cultural?

 

La repetición y la serialidad hacen parte de esta estrategia.  Y es así como Andy Warhol se convierte en un referente importante. En la muestra hay dos tipos de acercamientos a la imagen principal del Macondo, macdonalizado. En algunos de los dibujos, Fuenmayor utiliza una plantilla que permite la reproducción precisa del cartel de McDonald’s, el artista va trabajando cada uno de ellos dándoles una interpretación diferente… En algunas versiones se observa la silueta tipográfica, mientras que en otros es desdibujada del carboncillo como si fuese su versión en negativo. También se observan otras obras, donde el juego entre la luz y la sombra develan el famoso logotipo con mayor intensidad. Fuenmayor es deliberado en este ejercicio de uniformidad y repetición característicos de la publicidad. Imparte en el espectador estas imágenes constantes, intencionales, donde en su misma ubicuidad se reconocen sus diferencias. Son iguales, pero diferentes…” over a billion served”.

 

Los dibujos mantienen una lealtad a la imagen de Macondo a pesar de escaramuzas formales entre fondos y la inherencia de la luz.  Hay un intento por drenar el mensaje, o la tensión entre McDonald’s y Macondo mediante la repetición, un cierto tipo de pornografía dócil para la vista.

   

En la segunda versión de los dibujos, Fuenmayor se aleja de la mancha y la línea, y se enfoca en el detalle. En estos dibujos desprovistos del intenso rojo y amarillo que caracterizan la marca, es el blanco y negro que suplen la ausencia del brillante Technicolor. Los arcos que conformar la letra M de McDonald’s aparecen en medio de una frondosa selva, donde ya no es solo el nombre que hace referencia a este lugar novelesco, por el contrario, lo habita. Lo recurrente y lo familiar adquieren el potencial de generar otro tipo de sentido o significado, más allá del contenido, sino del gesto de repetirse circularmente sin vergüenza.

 

La obra de Gonzalo Fuenmayor refleja la doble influencia cultural que ha marcado inexorablemente su práctica artística: la hispana y la norteamericana.  Su infancia y juventud transcurrieron en una de las ciudades que encarnan con más propiedad la esencia de la ciudad caribeña (Barranquilla) y su actividad profesional se ha desarrollado en Estados Unidos, donde vive y trabaja en la actualidad. Su investigación artística cuestiona la identidad caribeña como marca y los estereotipos que este concepto ha generado a través de imágenes que se han convertido en símbolos locales como el tucán, la piña, la palmera y, especialmente, el banano. Este último ha simbolizado como ninguna otra fruta la paradoja de la abundancia y la pobreza, al ser a la vez alimento para la población y la causa de la explotación del campesinado en las plantaciones en lo que se ha dado en llamar el “drama del banano”.

 

Su trabajo, influido por diversas fuentes, supone una reflexión sobre la identidad y las condiciones sociopolíticas de los países en desarrollo como Colombia. El artista busca combinar en sus obras una línea narrativa donde los decorativo y lo trágico se unen en un discurso en el que toma prestados recursos tanto de la literatura, el cine y la publicidad.

 

Gonzalo Fuenmayor estudió Artes Visuales y Educación de Arte en el School of Visual Arts en Nueva York, donde se hizo merecedor a una beca completa otorgada por The Keith Haring Foundation, y posteriormente realizó una Maestría en Bellas Artes en el School of The Museum of Fine Arts de Boston en el 2004. En el 2007, recibió Primera Mención de Honor en la III Versión del Premio Fernando Botero. Su obra fue parte de la exposición colectiva “Caribbean Crossroads” en el Museo de Queens, NY, al igual que en la muestra “Florida Contemporánea” en el Museo de Naples, FL en 2011.  En el 2013 recibió el Primer Puesto del Salón Bidimensional en la Fundación Gilberto Alzate Avendaño en Bogotá y una beca de creación del School of Museum of Fine Arts de Boston. Realizó la muestra individual “Mitologías Tropicales” en el Museo de Bellas Artes de Boston en el 2015. Ha sido merecedor de diversas distinciones como la nominación en 2015 el South Florida Cultural Consortium Fellowship para Artistas Visuales y Mediáticos y la nominación al Florida Prize 2018 en el Museo de Arte de Orlando. En el 2020, su obra “Tropicalypse” fue adquirida por el Pérez Art Museum Miami y fue nominado como finalista para el premio de adquisición del EFG Latin American Art Award 2020, cuyo ganador será anunciado a finales de este año.