EDWIN MONSALVE
MEMORIA VEGETAL
SEPTIEMBRE 5 AL 19 DE OCTUBRE | 2024
El filósofo Immanuel Kant hablaba de “lo aterrador sublime” para referirse a aquello que está “acompañado de cierto temor o melancolía”. Memoria vegetal deriva de los muchos tránsitos y preguntas de trabajos previos de Edwin Monsalve, quien a lo largo de su trayectoria artística ha indagado en temas ecológicos de fauna, flora, paisaje, extracción, extinción y representación. Es justamente en el encuentro de todos estos diálogos de donde surge “lo aterrador sublime” de su actual propuesta.
Memoria vegetal consta de una serie de representaciones de paisajes del siglo XVII. Dichos paisajes se presentan aquí como ilustraciones gráficas realizadas con tinta, derivadas de los dibujos de las grandes expediciones que salieron de Europa hacia territorios inhóspitos, y que se podían observar en las primeras enciclopedias de ciencias naturales. La diferencia es que las de Monsalve están dibujadas con petróleo y carbón mineral, dos elementos de la naturaleza, pero que devienen en mayor proporción de los sedimentos fósiles y vegetales, guardando así en su ADN una memoria vegetal de todo lo que habitó el planeta y que ahora solo vemos como residuo alquímico o como imágenes melancólicas de un pasado que cada vez se pierde más rápido.
Así, temor y melancolía están inexorablemente presentes en el proyecto, en tanto que eso que vemos con cierta belleza, y elaborado con delicado virtuosismo, es a la vez una imagen melancólica de un futuro cercano. Al superponer dos elementos (imagen y materia) nos ubicamos en el aterrador presente, donde por lo pronto solo somos meros espectadores. Como lo escribió Paul Auster en una de sus novelas: “Estas son las últimas cosas. Desaparecen una a una y no vuelven nunca más. Puedo hablarte de las que yo he visto desaparecer y ya no existen, pero dudo que haya tiempo para ello. Ahora todo ocurre tan rápidamente que no puedo seguir el ritmo”.